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6 desagradables problemas del runner y cómo solucionarlos

Por carreraspopulares.com

Si llevas poco tiempo corriendo, o si hasta ahora todo lo que te ha dado el running ha sido positivo, tenemos una mala noticia: no todo es de color de rosa. Cuando se trata de poner nuestro cuerpo a enfrentarse a sus límites, suceden cosas que no siempre son agradables. La parte positiva es, por un lado, que no son cosas que sucedan a todo el mundo y, además, que con un poco de prevención se pueden solucionar.

Rozaduras

La más frecuente y vistosa es la de los pezones. Generalmente afecta más a los hombres que a las mujeres, ya que la capa de ropa encima del pecho está generalmente suelta y su movimiento genera la fricción que desencadena el sangrado.

Es importante, por tanto, vigilar que la capa de ropa que llevamos inmediatamente encima de la piel se ajuste bien (en invierno prueba ropa de compresión debajo de tu camiseta) y, en el caso de que sea una camiseta de running, que sea de un material suave y que no tenga costuras o impresiones encima que puedan aumentar el daño en caso de rozadura.

Otra opción muy válida es el uso de vaselina o de tiritas para evitar la fricción. Si dudas entre un método u otro, lo mejor es que pruebes en entrenamientos y así sabrás qué es lo que mejor te va el día de la carrera.


Problemas de estómago

Durante el entrenamiento o carrera, es frecuente sufrir algún momento de descomposición, digestiones pesadas, ardor o problemas similares. Es normal, ya que estamos sometiendo al cuerpo a procesos de deshidratación o reducción del flujo de sangre hacia el estómago en momentos determinados.

Para evitarlo, lo primero es intentar averiguar las causas (una de ellas puede ser la ingesta de alimentos sólidos en las horas previas a la carrera). Prueba a salir con el estómago vacío en alguna ocasión si estás teniendo problemas frecuentes y valora si te encuentras mejor. Intenta no comer nada en las 2-3 horas antes de correr y vigila no tomar alimentos muy agresivos (cafeína, azúcares refinados, algunos medicamentos...). Asegúrate de hidratarte bien. En última instancia, si los problemas continúan, acudir a un nutricionista deportivo te ayudará.


Calambres

Un calambre es la contracción involuntaria y generalmente dolorosa que sucede durante o inmediatamente después del ejercicio. No están del todo claras las causas de los calambres, aunque se asocian al agotamiento, la deshidratación y el desequilibrio de electrolitos.

Hay estudios que determinan que dos de cada tres maratonianos dicen haberlos sufrido, lo cual hace más probable que la fatiga sea una de sus causas. El estiramiento del músculo afectado es el primer remedio para cuando esto sucede. Si es tu caso, además, intenta hidratarte rápidamente. Si has estado bebiendo agua poco antes, prueba a hacerlo con bebidas isotónicas. Y si los calambres te afectan con mucha frecuencia, deberías probar con pastillas de sales en entrenamientos o carreras de larga distancia.

Ampollas

Nuestros pies son los más castigados por la actividad deportiva. Una ampolla es la respuesta de la epidermis a un constante proceso de fricción. Se caracteriza por la acumulación de líquido debajo de la piel que provoca dolor e incomodidad en quien la sufre. Si es tu caso después de hacer deporte, debes vigilar que calzado y calcetín no provocan una rozadura en ciertas partes de la planta del pie. A veces, un calcetín gastado o que no ajusta bien puede provocar la ampolla. En otras ocasiones es una zapatilla inadecuada o mal ajustada. También el exceso de calor y humedad favorece su aparición.

Una vez aparecen, no es recomendable pincharlas en casa. Si llega el caso, mejor recurre a un profesional, que asegure que el proceso se hace con la higiene y desinfección necesarias. Para casos más leves, existen en la farmacia tiritas especiales que pueden ayudar mucho a calmar los síntomas.


Incontinencia urinaria

Es menos frecuente y no suele ser comentado entre corredores. Pero existe. Aunque es más frecuente entre corredoras, los hombres corredores no están exentos de padecerlas. La causa: debilitamiento del suelo pélvico, que hace la función de sujetar la vejiga cuando está llena.

Cuando el músculo se va debilitando, pueden aparecer, de manera puntual o frecuente, pequeñas pérdidas durante la noche o haciendo determinadas actividades en nuestro día a día. Correr no es la causa que lo provoca, pero es cierto que, si no se toman las medidas adecuadas, puede acabar apareciendo. Para evitarlo, basta con ejercitar el suelo pélvico, medida efectiva en un 90% de los casos.

Si has notado que es tu caso, una buena costumbre es ir a orinar siempre que tengas ganas, no aguantando porque podría acabar perjudicando. Y, por supuesto, no caigas en la tentación de beber menos para tener que ir menos al baño, eso sólo hará que perjudicarte en carrera.


Uñas negras

Aunque algunos runners las luzcan con orgullo, es mejor evitarlas ya que pueden desencadenar otros problemas más graves que el estético. Una uña negra acaba por caerse y por dificultar el crecimiento de la uña que nace debajo. Por eso es importante cuidar que no tengamos mucho impacto en la zona delantera del pie y, en el caso de que aparezcan ampollas.

Si una uña negra simplemente se ha puesto de ese color y no duele, no es necesario hacer nada. En el momento en que notes presión debajo de ella y dolor, debes acudir al podólogo para que la trate adecuadamente.


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