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Entrenar para tu reto del año, ¿mejor en verano o en invierno?

Por carreraspopulares.com

Puede que en los meses que llevamos de año ya hayas cubierto tu gran objetivo del año. Ya han pasado muchos de los maratones más importantes de España y Europa, así como numerosas medias y carreras de 10K. Pero aún quedan cosas interesantes por pasar este año: para finales vienen los maratones de Valencia, San Sebastián o Málaga, carreras míticas como la Jean Bouin o los cientos de “sansilvestres” que nos esperan para acabar el año.

Sea cual sea tu reto, lo más importante que te toca decidir a la hora de esstablecerlo es su plan de entrenamiento. Ningún reto sería tal si no estamos seguros de prepararnos como es debido para obtener el mejor resultado. También es, como muchos dicen, lo más duro de todo. Si la preparación se hace bien, la carrera saldrá bien. Y, cuanto más ambicioso es el plan, más duro será el entrenamiento. Por eso hay que tener en cuenta cuándo nos tocará hacer ese plan de preparación. Tanto si tenemos un entrenador como si nos lo ponemos nosotros o lo sacamos de Internet o una revista, serán meses que nos exigirán un pequeño sacrificio por un bien mayor. Donde tendremos que sacar tiempo de debajo de las piedras para salir a correr, y donde empiezan los malabares para conciliar, más en el caso de que tengas familia.

Si el reto es en la primera mitad del año lo más normal es que caiga en el calendario en los meses de marzo-abril. Meses en los que, con suerte, la temperatura y condiciones climáticas el día de carrera serán muy buenas. Pero, ¿qué pasa en el resto de semanas, previas a la carrera? Entrenar para estar en forma en el mes de abril supone haber empezado probablemente en enero con el plan. Es decir, en pleno invierno.

Entrenar en invierno

Entrenar los meses de más frío del año es todo un reto. Por dos cosas, principalmente: la falta de luz y el frío o la lluvia. Las condiciones climatológicas puede que sean adversas, así que toca cargarse de moral (y de varias capas de abrigo y chubasquero) y hacer frente a los elementos. Completar entrenamientos los días de lluvia te dejará un regusto muy dulce, pero corres el riesgo de enfermar, sobre todo teniendo en cuenta que las defensas pueden estar más bajas a causa del entrenamiento. Así que toca cuidarse el doble. También tienes que tener precaución los días que te toquen series, porque estarás más tiempo sin moverte y si hace frío o llueve lo notarás más. Sin duda, todo un entrenamiento para nuestra fuerza de voluntad. Y no digamos cuando toca salir a entrenar cuando ya no hay luz solar. Que el invierno invita a quedarse en casa con la manta es un reto al que nos tenemos que enfrentar si queremos llegar a tono para nuestra gran carrera.

A cambio, tenemos la ventaja de que no tenemos que estar tan pendientes de la hidratación, al perder menos líquidos en carrera, y correr con bajas temperaturas hace que nuestra sensación de esfuerzo sea un poco menor que si lo hacemos con calor.

Entrenar en verano

Si no te gusta entrenar fuerte con frío o con poca luz, entonces agradecerás que tu reto sea en los meses de octubre-noviembre. Lo malo, que tu plan de entrenamiento posiblemente empiece en julio o agosto. Por un lado, tienes la ventaja de contar con las vacaciones de verano, o con horarios reducidos en el trabajo. Así que podrás encontrar más huecos para correr. Y los necesitarás, porque en estos días correr a ciertas horas es poco recomendable. Entrenar en verano supone un sacrificio porque, aunque tengas más horas de sol, te toca buscar huecos al principio y final del día, precisamente cuando el sol no pega tan fuerte. Tienes que tener más cuidado con la deshidratación y beber mucho más.

La ventaja respecto al invierno es que cuesta menos levantarse del sofá, ya que un buen clima invita a estar en la calle. Disfrutarás más los entrenamientos porque los parques y jardines están en su máximo esplendor. Y otra ventaja: el día de la carrera seguro que hace menos calor que en muchos de tus entrenos, con lo que tu cuerpo te pedirá menos líquido y podrás correr más a gusto.

En cualquier caso, ten en cuenta siempre que las condiciones de tu carrera pueden ser diferentes a las de tus entrenamientos. Así que toma precauciones con la ropa de abrigo (o la ausencia de ella) y disfruta al máximo, ¡que el trabajo duro ya lo llevas hecho!


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