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¿Correr? Ni para coger el autobús

Por Mario Trota para carreraspopulares.com
Correr es muy beneficioso para muchos momentos de tu vida diaria
Correr es muy beneficioso para muchos momentos de tu vida diaria

Es una frase muy escuchada por los que corremos. Pero la suelen pronunciar los que no lo hacen. Es el típico comentario pretendidamente jocoso con el que quieren presumir de que no hacen deporte y no corren “ni para coger el autobús”. Me lo han dicho tantas veces, que he perdido la cuenta. Y siempre lo escucho pienso que a mí me no me gustaría alardear de algo así. De hecho, poder estar en forma y acostumbrado a correr es algo positivo, no sólo por la salud, sino por lo bien que nos puede venir en situaciones cotidianas como, por ejemplo, no perder el autobús sin asfixiarme en el intento.

Así que vamos a hacer una lista de algunas de esas actividades del día a día o situaciones menos comunes en las que correr, y poder hacerlo en condiciones por estar entrenado, pueden venirnos bien e, incluso, salvarnos la vida. Alguno seguro que me acusará de demagógico en este punto, pero, me encanta defender lo bueno que es correr, jeje.

Coger el autobús (o el metro)

Es la más habitual. Aunque en realidad se puede aplicar a otras situaciones que no tienen que ver con el transporte público y que implican llegar tarde a algún sitio. Y es algo que todos los que hemos empezado a correr en serio ya en una edad adulta hemos notado. Antes, cuando llegaba a la parada y el autobús estaba a punto de irse (o al andén del metro), hacía el intento de correr, pero mis piernas no estaban muy por la labor y mi corazón me recordaba que con ese estado de forma tan lamentable poco podía hacer.

Al final, optaba por resignarme y esperar al siguiente autobús, por no acabar la carrera (que en la mayoría de los casos concluía en fracaso) resoplando, doblándome sobre mí mismo y con dolor de piernas. Pero ahora, cuando me enfrento a esa situación, lanzarme a correr no suele suponer un problema. Es algo que hago a menudo y me cuesta realmente poco coger velocidad para hacer un pequeño ‘sprint’. Aunque ¡hay que tener cuidado! No queremos lesionarnos por una carrera inoportuna para no llegar tarde al trabajo.

Correr habitualmente hace que estés en forma en todo momento
Correr habitualmente hace que estés en forma en todo momento

Subir las escaleras para llegar casa

Los que viven en un edificio sin ascensor, lo tienen que hacer siempre, corran o no. Pero los que tienen ascensor, rara vez suben por las escaleras. Pero, ¿qué ocurre si un día se avería? ¿Y si la reparación lleva varias jornadas? Entonces no queda más remedio que subir "a patita". Los que estamos bien entrenados, sobre todo si en nuestros entrenos metemos trabajo de cuestas y escaleras (muy recomendable) no sufrimos tanto si tenemos que alcanzar el tercer, cuarto u octavo piso. El resto seguro que lanzará varios exabruptos internamente cada vez que avanza un escalón, o tendrá que parar a respirar en cada descansillo (qué nombre tan apropiado, por cierto).

Jugar con los niños

Los que tenéis niños pequeños sabéis que uno de las actividades más intensas y que más energía requieren es estar a su cargo y jugar con ellos. Corretean de un lado a otro. Te pedirán que sigas su ritmo, que juegues con ellos al fútbol y que no te canses. Un corredor en forma podrá aguantar mejor ese ajetreo y el esfuerzo que supone. Y si eres corredor, cuidado si consigues transmitir al niño tu pasíon por correr. Si el niño ya está algo crecido y entrena en condiciones y de forma adecuada, seguramente te resulte dificil seguirle en carreras o entrenos cortos.


Huir de una situación de peligro

Sí, ya sé que esto puede parecer un poco traído con pinzas al argumento principal. Y que no tiene por qué ocurrirnos nada raro o vernos en una situación peligrosa. Pero, ¿y si ocurre? Pues entonces, lo más normal es que intentemos huir, y correr. Es algo natural. Es uno nuestros mecanismos de defensa ancestrales. Un incendio, una estampida de gente por algún incidente, un coche que no respeta un semáforo... las situaciones pueden ser muchas y variadas. Unas buenas y entrenadas piernas pueden ayudarnos a alejarnos rápido de la situación y evitar problemas. No estar acostumbrado a correr puede dejarnos rezagados, o hacernos sufrir mucho más de lo deseado.

SOBRE EL AUTOR

Mario Trota
Corredor popular


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