El autor del artículo, Javier Serrano, durante su entrenamiento y la grabación del vídeo paralelo
Aunque nos fastidia enormemente aceptarlo, los corredores somos conscientes de que para correr más rápido y mejorar nuestras marcas, no queda otra que incluir en nuestro plan de entrenamiento las rutinas de calidad. Cuando nos hablan de calidad, a muchos nos vienen a la cabeza las series, las temidas series, esas repeticiones del diablo que acaban con el aguante de cualquiera.
Las series tienen la peculiaridad de que son exactas, están medidas al centímetro, y tenemos la costumbre de cronometrarlas, hacer comparaciones entre las distintas series, o entre estas series y la que hicimos el mes pasado, o entre nuestras series y las de los compañeros de entrenamiento. Sin duda, las series tienen un componente competitivo. Y a algunos les gusta, pero a otros no les hace ni pizca de gracia porque se agobian con tanta medición.
Así que las mentes de los entrenadores hace ya muchos años que idearon rutinas de entrenamiento que pueden ser igual de exigentes que las series, pero sin ese punto tan milimétrico, y empezaron a popularizarse otras formas de hacer calidad, como los cambios de ritmo o las cuestas. Son maneras distintas de torturar al atleta, porque todas nos hacen sufrir bastante, pero que tienen una misma finalidad: convertirnos en corredores más rápidos.
Para realizar el fartlek podemos aprovechar los cambios en el terreno
Entrenamiento flexible
Y entre todas esas variedades de entrenamientos de calidad, destaca una modalidad especial: el fartlek. Consiste en combinar tramos de diferente duración e intensidad, en los que además aprovechamos la orografía, las cuestas hacia arriba o hacia abajo que nos encontremos por el camino o los tramos más llanos. Es un entrenamiento muy natural y absolutamente flexible, es el corredor el que va decidiendo en cada momento si fuerza más o menos, cuánto tiempo mantiene la intensidad alta, el nivel de exigencia, etcétera. Imaginación al poder.
Lógicamente, debemos saber cuál es el objetivo de una sesión de fartlek, de forma que debemos manejar la intensidad del esfuerzo, no se trata de darse un paseíto placentero. Si queremos hacer un entrenamiento algo más duro que un rodaje, no hará falta forzar mucho, pero si queremos un fartlek equivalente a una sesión de series 6 x 1000 metros, también podemos manejarlo para que así sea. De hecho, si nos empeñamos, podemos acabar un fartlek en peores condiciones que un entrenamiento de series.
La gran ventaja del fartlek, en cualquier caso, es la sensación de libertad, de flexibilidad, de jugar con el terreno que nos encontramos, y el hecho de no vivir esclavizado por las distancias o los cronometrajes. Os invito a ver el vídeo en el que hablo del fartlek.
Javier Serrano, Periodista, escritor y corredor popular.
Autor del videoblogRunning, cámara, ¡acción!
Hoy en día se usa indistintamente como sinónimo de ´cambios de ritmo´ o ´entrenamiento por intervalos´. Pero ¿qué es realmente el fartlek y cómo se originó? Nos remontamos a la Suecia de hace casi un siglo para descubrirlo.
Todos queremos, en algún momento de nuestra ´carrera como deportistas´ ser mejores. Es una estupenda forma de mantener la motivación. Pero no siempre es bueno tener el objetivo de ser más rápidos.
Los corredores que quieren mejorar algo su rendimiento y arañar minutos (o segundos) a las marcas, saben que tienen que hacer entrenamientos de calidad. Entre ellos están la series, que son intensas y exigentes. El escritor y corredor popular Javier Serrano nos cuenta en este vídeo-artículo, en su estilo ameno y práctico, en qué consisten.
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