Lo primero que hay que tener en cuenta es que, tanto si te vas de vacaciones como si no, en verano lo ideal es bajar el volumen y la intensidad de los entrenamientos. Es el momento ideal para trabajar la fuerza o la movilidad articular.
Playa
Si tu destino de vacaciones está junto al mar, puedes aprovechar la playa para trabajar la fuerza corriendo. Puedes hacerlo en la parte de la arena seca que esté lisa, que no tenga mucha pendiente hacia el agua. Lo mejor es hacer ‘sprints’ o intervalos cortos. Un entrenamiento de 10 o 15 repeticiones cortas es suficiente. Y también puedes hacer los rodajes en esta misma superficie, aunque en ese caso es mejor que la playa sea larga.
Y debes ir con los pies descalzos. No veo ningún sentido a correr con zapatillas en la playa. Para eso me voy a correr a la carretera o a un camino de tierra. Además, en la playa se te mete la tierra en las zapatillas y es incómodo. Descalzo trabajas la fuerza y la pisada, que es más natural. El hecho de correr en una superficie en la que se te hunde el pie te ayuda a trabajar más la musculatura.
El entrenamiento en la playa tiene que ser en un momento en que no esté concurrida, por ejemplo a primera hora de la mañana o última hora de la tarde- De hecho, es cuando tenemos que entrenar en verano, por las altas temperaturas. Además, hay que tener mucho cuidado, porque siempre hay gente que se deja algún objeto “olvidado” que se te puede clavar.
Hay ciertas playas, sobre todo en el atlántico, que cuando la marea está baja te dejan una zona muy lisa sin desnivel lateral y que está húmeda. Ahí también se pueden hacer trabajos de series cortas o de rodaje, igual que en la arena seca. Y evidentemente descalzos.
Montaña
Aquí nos vamos a encontrar nuestras queridas cuestas. Por tanto, podemos aprovechar para entrenar en pendiente. Haremos series, como en la playa. Cada cinco días, más o menos, es bueno hacer un trabajo de series cortas o rápidas, para conseguir mayor potencia. O también podemos hacer cuestas más largas, hasta 250 metros, como mucho, si son de menor pendiente. Un trabajo más trabajo orientado a la resistencia.
Así que podemos alternar: un día cuestas cortas con poca pendiente y otro de cuestas largas con más pendiente. Además, podemos hacer nuestros famosos rodajes por zonas de desniveles y no correr todo el tiempo por lugares llanos.
Esto nos permite subir el nivel de fuerza. Pero nos tenemos que olvidar de ritmos y de tiempos. Simplemente debemos ir por sensaciones y hacer el recorrido que hemos decidido, con ciertos desniveles y toboganes.
Tanto en la playa como en la montaña, estos ejercicios de carrera van orientados a la fuerza. Algo que como preparación nos puede venir muy bien para sentar las bases previas al inicio de la nueva temporada, cuando volvamos en septiembre y aumentemos nuestra actividad.