Aunque un constipado nos puede atacar en cualquier época, es ahora que empieza el frío cuando estamos más expuestos a encontrarnos enfermos. ¿Debemos correr cuando estamos resfriados? Pues, como casi todo en esta vida, depende. Dependerá del tipo de resfriado que tengas, pero también del tipo de entrenamiento o carrera que tengas que hacer.
Cuando nos constipamos, lo que sucede es que una infección vírica nos causa una afección a la parte superior del sistema respiratorio, que se manifiesta típicamente en congestión nasal, dolor de garganta y tos. El sistema inmunitario, entonces, se activa para luchar contra la infección, lo cual genera un consumo de energía por parte del cuerpo, que está desviando su atención hacia ese problema que tiene que resolver. De ahí, y dependiendo del grado de infección, que se produzca una sensación de debilidad corporal.
Así, el primer síntoma al que tienes que prestar atención es a tu nivel de fuerzas. Si la lucha contra el virus está dejando tu cuerpo muy debilitado, no deberías en ningún caso someterlo a demasiado esfuerzo adicional, o correrás el riesgo de entrar en una fase de agotamiento mayor. Escucha a tu cuerpo y, si te está diciendo que tienes que descansar, descansa.
Beneficios del running cuando estamos resfriados
De todos modos, correr puede ser de ayuda en ciertos momentos. Evidentemente, regulando la intensidad y la duración en función de nuestro estado físico, podemos salir a correr. De hecho, muchos corredores notan mejoría de su enfermedad después de un pequeño trote.
Correr genera varias hormonas que pueden ayudarnos con los síntomas. Por ejemplo, la adrenalina que podemos producir corriendo ayudará a reducir el dolor. La adrenalina es una hormona que incrementa la frecuencia cardiaca, contrae los vasos sanguíneos y ayuda al sistema simpático. Su presencia, aumentada por el ejercicio, ayuda sin duda a nuestro cuerpo. Por otro lado la adrenalina o epinefrina puede ayudar a la descongestión.
Esto, junto a la sensación de bienestar que produce el ejercicio al aire libre, hará que nos “olvidemos” del catarro durante un rato mientras corremos e inmediatamente después. Siempre que nuestro cuerpo no esté muy debilitado por la enfermedad, una carrera nos puede venir bien.
Pero lo que no hay que olvidar es que el frío provoca la aparición y fortalecimiento de los virus. Así que, como norma general, si sales a correr, abrígate mejor que otros días y asegúrate que nada más acabar puedes ducharte y cambiarte de ropa, para evitar que el cuerpo vuelva a recaer de los síntomas.
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